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16 de septiembre de 2011


Hombres Embarazados
Cristina Frade



La ciencia está a punto de permitir a los hombres parir a sus hijos

AUNQUE SE LES AHORRE EL PASO POR EL PARITORIO no es una posibilidad que vaya a causar furor entre la población masculina, pero existe. El profesor Robert Winston, pionero de la reproducción asistida en el Reino Unido, asegura que con los conocimientos y la tecnología disponibles hoy en día no hay razón para que los hombres no puedan llevar un embarazo a buen término.

El tratamiento consistiría en implantar un embrión en el abdomen del futuro padre. "Sería como cuando las mujeres tienen un embarazo ectópico (fuera del útero), pero para que prosperara habría que suministrar al paciente una gran cantidad de hormonas femeninas", ha explicado el prestigioso médico, miembro vitalicio de la Cámara de los Lores y jefe de la unidad de Fertilidad del hospital londinense de Hammersmith.

El feto se alimentaría mediante una placenta conectada al intestino y después de nueve meses llegaría al mundo por cesárea. Así de sencillo, aunque el profesor Winston no oculta que el procedimiento entraña ciertos peligros, como el de hemorragia en la placenta implantada y el desarrollo de los pechos.

Es la fantasía ilustrada por la película Junior hecha realidad. Como tantas otras veces, Hollywood se anticipó a los científicos y transformó al musculoso Arnold Schwarzenneger, más conocido por repartir mamporros en los filmes de acción, en un insólito gestante que sufría náuseas mañaneras, antojos, cambios de humor y dolores de espalda como cualquier embarazada.

Lord Winston, quien desarrolla la idea en un libro de próxima publicación, The IVF Revolution (La revolución de la fecundación in vitro), no espera que una multitud de hombres forme colas en las consultas con el afán de quedarse embarazados, pero sospecha que la posibilidad puede atraer tanto a algunos heterosexuales como a gays.

Simon Fishel, director del Centro de Reproducción Asistida de Nottingham, ha revelado al dominical Sunday Times que tres parejas se han interesado ya por el extraordinario tratamiento. En uno de los casos, la mujer había perdido el útero como consecuencia de un accidente y su compañero prefería gestar él mismo antes que recurrir a una "madre de alquiler".

"Querían hacerlo discretamente", asegura Fishel, quien finalmente rechazó a los pacientes por considerar que el peligro de complicaciones es aún demasiado grande. "Las parejas de homosexuales aprovecharán sin duda esta opción cuando esté disponible", ha vaticinado también Mark Watson, uno de los máximos responsables del colectivo de gays y lesbianas Stonewall.

Así es que los embarazos masculinos son factibles y podrían tener cierta demanda, pero ¿y la ética? Fishel sostiene que es un tratamiento perfectamente aceptable y algunos expertos han señalado que impedir la gestación de los hombres podría ser ilegal, invocando las normas anti-discriminatorias existentes en estos momentos. Pero a otros les parece una aterradora distorsión de las leyes de la naturaleza.

Por el momento, las autoridades sanitarias responsables de dar luz verde a estas prácticas han mostrado cautela y se han limitado a decir que estudiarán cualquier petición cuidadosamente. "No sólo nos interesan los aspectos científicos, como la seguridad y la eficacia, sino también la motivación de los padres", ha declarado Suzanne McCarthy, directora general de la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana.

Jill Dunne, profesora de la London School of Economics, ha contribuido al debate desde otro ángulo. Pasando como pasan tantas horas en la oficina, a los hombres ya les cuesta establecer una relación estrecha con los hijos que nacen naturalmente. "Antes de empezar a pensar siquiera en la conveniencia de que los hombres puedan traer niños al mundo", sugiere Dunne, "deberíamos pensar cómo pueden ocuparse más de ellos".

DE: http://www.elmundo.es/magazine/num178/textos/padre4.html. Consultado el 08 de junio del 2011

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